Atrapados en una danza eterna,
estamos los dos
un hombre-bestia y un ser de la noche.
Entre besos y juegos,
intentamos tomarnos el uno al otro
yo para que me acompañes eternamente,
tu para que yo sea mortal.
Entro a mi casa y recibo una sorpresa,
estás en ella.
Me tomas por la cintura,
yo te pego de la pared,
intento morder tu cuello
pero tu me besas en los labios para detenerme,
sabes lo que pienso.
Llevas una de mis piernas sin esfuerzo hasta tu cintura,
me susurras, "esta noche eres mía".
Yo te digo que no está bien
que no podemos estar juntos,
tu no me escuchas y tus besos bajan a mi pecho,
rompiendo mi camisa con tus garras.
"No me importa" dices mientras tus ojos me miran,
"a mi si" respondo
"tarde o temprano esto debía pasar"
me dices mientras tu lengua pasa por mi cuello,
"no así" respondo.
"Todos estamos dejando algo atrás, nena"
me dices para luego susurrarme "te amo".
Según la leyenda, si una bestia y un inmortal se unen,
ambos pierden lo que los diferencia de un humano.
¿Estaré dispuesta?, ¿él estará dispuesto?
No quiero morir, pero si lo muerdo el me odiaría.
"Por favor" te digo "quiero ser tuya por la eternidad"
"¿la eternidad?" me preguntas
“yo quiero vivir una vida contigo, eso sería suficiente”
se me escapan un par de lágrimas de mis ojos,
tu las secas con un beso.
“Acepto” digo
“te necesito” susurro.
Hoy he escrito esto. ¿Dime, qué te pareció?