miércoles, 16 de abril de 2014

Hablemos sobre cuentos de hadas.

Me encantan los cuentos de hadas, están llenos de felicidad y esperanza.
      Pero, ¿qué pasa con esos cuentos de hadas en los cuales el o la protagonista llegó a su meta haciendo trampa, engañando, o con un final muy puesto en dudas? Yo honestamente no creo que todos los cuentos de hadas son para los niños.

      Tal vez Peter Pan sea un lindo cuento para los niños, tal vez Narnia, hasta Fablehaven; pero —aquí va mi punto— no los cuentos de las Princesitas que todos hemos visto de niños.
Los Hermanos Grimm nos dejaron un gran legado de cuentos de hadas, de los cuales muchos por no decir todos eran mitos que se contaban en los pueblos.

       Una de las tantas historias de princesas que me caen mal es la de Blanca Nieves. No se si es así porque leí la versión de Neil Gaiman de esta, pero no es linda la imagen de Blanca Nieves que hay en mi mente ahora. Gracias a esas historias son las que hacen pensar a los niños que las madrastras y las hermanastras son lopeordelmundo. No es por nada, pero conozco personas de mi familia que viven genial con un hermanastro o medio hermano, y ni hablar de los padrastros, los chicos viven genial. La princesita se va al bosque, y llega a la casa de siete hombres gruñones, los cuales NO TIENEN ESPOSAS, Blanca Nieves no tiene dinero, ¿cómo hará para quedarse? ¿Dónde dormirá? Pues optó por dormir con un enanito —hombre— diferente cada noche. Hasta los niños de hoy en día saben que allí pasó algo raro. Tal vez los que son hombres y mujeres de mi generación —cuando eran chicos— e incluso generaciones pasadas no hayan sabido interpretar eso, pero con Hollywood proyectando las relaciones amorosas como si fueran dulces a los niños de la generación de ahora, pueden llegar a pensar en cosas peores. Para colmo, la tipa canta, limpia, hace de sirvienta y les lleva la comidita. Eso no era una princesa, era una esclava con una corona. Al final, le dan una manzanita envenenada —¿por qué con un somnífero? si la "bruja malvada" fuera una "buena bruja malvada" la hubiera matado de una vez. La meten en una urna, la adoran y la salva un príncipe con un beso. Es decir, no bastándole unos enanos, se va con un príncipe, el cual debe ser bastante tonto como para no pensar que esos hombres lloran a la dormida por alguna razón oculta.



       Ahora pasemos a la zapatilla de Cristal. De nuevo con las madrastras y hermanastras, un padre muerto, la herencia que era de la niña pasó a manos de la malvada vieja que le robó su dinero. Voy a aclarar algo, en esa época la viuda no pudo haberse quedado con la herencia, ya que las propiedades del señor pasaban a manos de un hombre —ya que la mujer sólo valía para limpiar, estar descalza y embarazada— y como la madrastra no tenía un hijo, les tenían que dejar en la calle y sin dinero.
       Hablemos de lo que hizo para llegar a ir al baile. Robó, mintió y le ayudó un hada madrina —para colmo se drogaba ya que veía al hada madrina. Pero es una buena historia para niños.
       Si a mi un hada madrina me hubiese dado el vestido y las zapatillas las hubiera vendido, me compro mi palacio y quedo mejor que con el príncipe siendo cachifa. Y la zapatilla... claro, a nadie más que a ella le pudo haber quedado, ya que todos en ese pueblo hasta los niños tenían los pies grandes.

      La tercera princesa que me cae mal es la dormilona. Claro, es bella y rica, y princesa, pero prefiero el cuento original, en el que el príncipe muere y ella se queda durmiendo por siempre. Un final no tan lindo, pero es mejor que el de la adaptación a película. Unas haditas haciendo ropa, y la princesa se duerme por pincharse con una aguja; esto estimula bastante a que las chicas de hoy en día hagan algo más que hablar bobadas por el celular y poner estados depresivos en sus redes sociales(?).
Hay algo que no entiendo de las princesas: por todo cantan. Okay, les gusta cantar, pero me imagino que ya han hecho canciones de cuando se bañan, cuando duermen, cuando se cepillan los dientes. ¿Que cosa tienen con el canto?

      El único cuento que me gusta, es La Sirenita. No la adaptación en película, sino el cuento original. En el que la pequeña sirena se sacrifica por el hombre al que ama, aceptando convertirse en espuma y regresar al mar, el lugar donde pertenece. Es triste este final, pero me gusta porque enseña que amar es aprender a decir adiós. El final de esta historia no es tan malo, la princesa marina convertida en espuma debe salvar a los hombres que caen al agua para así volver a ser sirena.

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Limpieza de recuerdos

Recientemente he hecho limpieza en mis cosas. Pero no la típica limpieza de sacar todas las cosas dañadas o rotas para poder tener cosas nuevas. Sino la limpieza de recuerdos, que es la que más duele. Este tipo de limpieza tiene como objetivo desechar todo aquello que sabemos que no utilizaremos, pero que nos duele botarlo porque en un momento significó algo importante.

Yo soy de esas personas que guardan mil y un facturas en una gaveta, que tiene un collar roto que
"algún día buscaré como repararlo", que conserva hasta los recuerdos dolorosos o ese número de teléfono de esa persona que por cualquier razón nos hizo daño. Muchas veces los guardo con la esperanza de encontrar algo que hacer con ello.

Ya que gracias a Dios me gradué de bachiller, y tengo unos mesesitos libres, decidí sacar de mi cuarto, mi pc, y mi correo todas esas cosas que nunca más utilizaré. Claro, al botar esas cosas me duele un poco, porque son cosas que marcaron mi infancia, pero ¿qué hago con una gaveta, o un correo lleno de esas cosas que duelen siendo que las puedo botar y olvidarme de eso?

Lo primero que me dediqué a la tarea de sacar fueron todos esos dibujos, notitas, papeles de esas personas que creía que eran mis amigos. Luego fue sacar la ropa, accesorios, zapatos que sé que nunca jamás las volveré a utilizar y que no me servirán para ser recicladas. A la ropa le siguieron los audífonos rotos, con la orejera izquierda dañada, o faltos de conector que intenté hacer de mis audífonos más viejos aún. Saqué cuadernos que tenía, dejé esos diarios que algún día me servirán para contar mi historia si es que llego a hacerlo. Todos los regalos que nunca utilicé ni utilizaré también fueron para la bolsa de donaciones.

Entre las cosas que más me costaron hacer fue cerrar unas cuentas de correo y de redes sociales. No tanto por las cuentas en si, sino por las personas que tenía en esas cuentas. Todos esos amigos o conocidos que tenía en mi antiguo colegio, esas personas que me acosaban y a las que yo acosaba. También borré esos escritos o conversaciones pasadas a word que estaban en mi disco duro.

No se si parece así, pero yo con esto siento que me preparo para lo que venga en mi vida. Tal vez sea parte de crecer, o tal vez lo hice porque estaba demasiado aburrida. Para mi es mejor saber que es lo que realmente necesito y quienes son mis verdaderos amigos. Como mi mamá siempre dice "es mejor tener los pies sobre la tierra".

Al hacer esta limpieza, me siento bien conmigo misma, porque sé que no me torturaré tanto con las cosas que pudieron ser, lo que pude hacer, o lo que nunca debí hacer.

Me dan risa muchas cosas, entre ellas cuando una ique amiga me dijo que denunciara a mi mamá en la LOPNNA porque estaba en "muchas" actividades extracátedra —orquesta, natación y creo que dibujo— obviamente cuando me lo dijo yo dije "cierto, mi mamá me está explotando" pero ahora me doy cuenta y le doy las gracias porque estuve en todas esas actividades, ya que además de aprender cosas que actualmente me sirven, fueron medio de distracción, con ellas conocí nuevos lugares, y muy importante, con ellas he ganado algo de dinero que nunca cae mal.

También recuerdo cuando una de esas personas me dijo que la vida no valía la pena, y que por eso era que esa persona se quería suicidar, no sé si esa persona está viva. Mi vida, ha valido la pena, estoy muy feliz de haber nacido en mi familia, de tener a mis padres, y de ser como soy.

Hace poco por error leí el diario de alguien, y me puse triste, porque yo pensaba que esa persona era mi amiga, que podía confiar en ella, pero al parecer no era así. También recuerdo a los chicos que ayudaba a que pasaran en año escolar. Actualmente, ellos me ven por la calle y ni me saludan, por mi mejor, me da flojera estar saludando personas —cuando veo a algún conocido, cruzo la calle, porque no quiero estar hablando por mucho rato, solo por cortesía cuando normalmente no me importa lo que dice.

Al ir pensando en todo lo que me ha pasado, debo decir que no me arrepiento de nada. Como dijo un amigo "todo en la vida termina bien, y si no es así, es que no ha terminado".  Le doy gracias a Dios por mis amigos —esos cuatro chicos algunas veces fastidiosos con los que me río siempre que los veo, con los que he aprendido que las diferencias pueden unir en vez de separar— a esas personas que me han ayudado mucho —no debo poner nombre, pero una empieza por C y otra por O que espero poder seguir conociendolas y nunca perder el contacto con ellas— a mis hermanos que son los que me consuelan, con los que juego, salgo a patinar, y les hacemos travesuras a mis perros, a ese chico que acoso por internet y via sms, a mis padres, y obviamente a mi Kun, que es de apoyo gigante en mi vida.

Hablando de otras cosas, ¿a alguien le gusta la banda "Imagine Dragons"? A mi me encanta, bueno no "losamosonlamejorbandadelmundo" pero me gustan mucho, y disfruto escucharlos.

Digamos que esto es una especie de carta, así que debo despedirme, ¿no?

Una blogger más, 
Linci.



sábado, 12 de abril de 2014

Otro cumpleaños que me decepciona

Acabo de cumplir dieciocho años, en Venezuela eso significa que soy mayor de edad. ¿Por qué me ha decepcionado? porque me esperaba algo mejor de este día.

Mis padres, bueno, mi mamá me ha regalado esos típicos productos de belleza que llevan años en su closet y ella cree que no me doy cuenta, además claro de hacerme limpiar la casa cual cachifa que no soy. Mi abuela, me regaló cincuenta bolívares, y eso en resumidas cuentas es una pepsicola de 600 ml y el pasaje de ida y vuelta para comprarla, bueno creo que sin el pasaje porque ahora todo está caro. Mi abuelo se encerró en su cuarto y me dijo que no tenía dinero, una amiga de mi hermana que se autoinvitó para la casa de mis padres, un pequeño pan de 15 cm de arequipe, el cual se lo terminó comiendo ella. Y mi papá, bueno, el le dijo a mi mamá que me comprara algo bonito pero se le olvidó comprarlo.

En verdad, este día esperaba pasarlo con mi novio. Me quedé en mi casa porque pensé que sería algo "agradable" pero cada día esta fecha es peor por las situaciones que rodean a mi cumpleaños, y los regalos no ayudaron a mejorarlo.

Etto, quiero darte unas recomendaciones cuando vayas a hacerle un regalo a cualquier persona:

  1. pregúntale lo que quiere o dile a otra persona que le pregunte.
  2. Ten un presupuesto.
  3. Si no sabes que regalar, opta por dinero. Este es SIEMPRE bien recibido. Eso si, que se vea el esfuerzo. No quiero poner cantidades pero no seas tacaño.
  4. Si tienes muy poco, opta por regalos que parezcan caros. Esto es sobretodo si son mujeres, van a intentar buscar el precio del regalo, o estimar un precio aproximado.
  5. Si no sabes que regalar, y no quieres dar dinero, lleva a la persona a un centro comercial, dile el presupuesto y que el o ella busque lo que más le guste.
  6. Si eres muy amigo de la persona y no quieres quedar mal, comprale algo, pero pon la tarjeta o factura y dile que lo puede cambiar si no le gustó. Esto sirve mucho con la ropa, porque no siempre se acierta con las cosas.
Me han educado personas que dicen "el detalle es lo que cuenta" pero esa buena intención no siempre es bien recibida, sobretodo cuando el regalo no es acertado o es malo. 


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martes, 1 de abril de 2014

Ataques depresivos desde 1234

Odio estos episodios. Siento que el miedo se extiende por mis venas y no puedo ver. Parece que colapsaré. Me dan ganas de llorar, correr, huir. Pero en mi interior se que debo enfrentarlo. Me parece absurdo escribir esto, pero no tengo otra forma para expresarlo.

Hace unos días, estos ataques se habían calmado, claro estaba leyendo por las noches y escuchando música hasta que me dormía. Pero han regresado, y no sé que hacer. Es una mezcla entre ansiedad y tristeza que aparece de un momento a otro y se suele ir a las horas. Me da por estar en mi cama viendo el techo de mi habitación.

Ya al estar escribiendo, siento que la estoy venciendo. Pero no quiero tener grandes ilusiones. Y quiero leer un libro en el que los protagonistas no mueran ni tenga que estar de luto.
¿Pero qué puedo decir? El mundo no es una fábrica de conceder deseos.

Hoy he escrito esto. ¿Dime, qué te pareció?